sábado, noviembre 25, 2006

Aprendiendo nuevos palabros

Y el palabro de hoy es... ¡prespitación!

En la degradación en la que voy sumiendo poco a poco este blog con posts de baja estofa, por aquí dejo un video clásico que salió emitido en GENTE hace unos años. Con Ud. José Tojeiro, al que robaron cuatro millones de manera peculiar.

PD: últimamente estoy redescubriendo según que programas de televisión. Mi respeto por GENTE, por ejemplo, ha subido enteros desde que emitieron cierto reportaje de Leticia Ortiz con el tema de Sting "Roxanne" de fondo...

domingo, noviembre 19, 2006

George Lucas In Love

Como últimamente se me han quejado de post demasiado densos, aquí les va un caramelín ligerito.

Que la fuerza nos acompañe.

viernes, noviembre 10, 2006

Hoy no toca

Por unas circunstancias u otras, esta semana ha sido generosa en temas "bloggeables" con los que alimentar a los innumerables lectores que se pasan, por este que es su blog. Podríamos estar hablando sobre un interesante estudio de genética poblacional reciente, en el que los autores defienden que el alto indice de encefalización del Homo sapiens podría explicarse, en parte, por un cruzamiento de nuestros ancestros más directos con, agárrense a los pelos del sobaco, con Homo neardenthalensis (un resumen aquí).
También ha sido esta la semana de la publicación del genoma, con gratas sorpresas, del primer equinodermo (Strongylocentrotus purpuratus, un erizo de mar), por otra parte unos malditos traidores radiales, que abandonaron hace unos añitos el honrado phylum Bilateria, si ustedes me permiten el comentario (otro resumencito para el lector más curioso acullá).
Ya en el terreno de la anecdota y en una linea más amarillista de bloggeo, a Ted Haggard le han obligado a abandonar su ministerio religioso en los EEUU, por que a su iglesia no le ha sentado bien que hiciera visitas regulares a un señor, ejem, masajista, ejem, que además le proporcionaba productos de dudosa legalidad (http://www.cnn.com/2006/US/11/03/haggard.allegations/index.html) cuando el vociferaba en el púlpito contra los invertidos como la octava plaga bíblica. Recordemos que este señor era el popular creacionista cristiano que con una sonrísa de vibora peligrosa debatía con Dawkins en su "Root of all evil" sobre evolución. Creaturita (Buckland, me tienes que recordar que te pase el enlace de ese video).
Cualquiera de estos temas se merecería una entrada para ella sola en el blog. Puede que finalmente la obtenga si alguno de ustedes, amables radioescuchas, lo pide expresamente. Pero no hoy. Hoy no toca. Hoy lo que toca es entrar en fnac.es y relamerme glotonamente. Que mañana toca excursión por los madriles. Ñam, ñam, ñam.

Devolvemos la conexión a los estudios centrales, hasta que se nos pase el empacho de ocio que se avecina.

lunes, noviembre 06, 2006

As Above, So Below


Uno que ya es perro viejo en lo que se refiere a meter la nariz en libros que llevan dragones gigantes y princesas de orejas puntiagudas en su portada, tiende elevar la ceja derecha incrédulo cuando le recomiendan una nueva colección del género. Demasiados truños innombrables y ladrillos perfectamente obviables. Demasiado tiempo desperdiciado en colecciones interminables, con comienzos tan dignos como horrorosas fueron sus continuaciónes. Por eso mismo, permanezco recluido en un zulo de ubicación secreta desde que una buena amiga me ofreció dejarme la saga de Eragon, ante la perspectiva del estreno de la película. Así que estoy en estricta cuarentena, oigan, evitando todo lo que huela a aliento de dragón. Y no es la primera vez que me veo en una de estas. Se echan de menos esos tiempos en los que los consumidores de fantasía épica íbamos a la librería con gabardina, gafas oscuras y bolsas opacas a buscar consuelo en nuestro vicio inconfesable. Ahora, Paladine bendiga a Peter Jackson y cía, la fantasía es un género vulgarizado y rehabilitado, perfectamente inócuo y prístino, a las que las madres conducen a sus retoños infantes con despreocupación y confianza.

Pero, como es habitual, me desvío. Estaba yo en mi zulo dando buena cuenta de lo que viene siendo un frappuchino de mocka, cuando reparé en un libro negro y delgatido de aspecto poco intimidatorio, que había comprado hace tiempo ya. Neverwhere. Ummm, fantasía, caca. Amm, Neil Gaiman, Sandman, canela fina. Emmm, corto, no hay continuaciones, inofensivo... Integradas las diferentes variables y despejada la incognita, decidí cepillarme el manuscrito como ocupación ligera. Y que quieren que les diga, caballeros y damas. Qué gusto da volver a sentirte explorador de un universo rico, pese a la brevedad del texto, que bebe de fuentes tan recomendables como el Mundorío o Narnia, que giña al Mago de Oz o a Alicia en el Pais de las Maravillas, que tiene ese barniz mate gótico que le dan el Señor de los Sueños a sus obras. Que manera de darle la vuelta a una ciudad, en este caso, y de encontrar en las sombras de lo cotidiano material para construir más sombras. Que ganas de ir a Londres, por el amor del Boss. Acabé el libro en un pispás y lamenté que no hubiera más con que alimentar el fuego reavivado (diez años lleva haciendose el deseado el amiguete Neil para escribir continuación, y afortunadamente escribiendo cosas bien interesantes en este intervalo). Plenamente recomendable, en suma.

Y aquí ando, aun en el zulo, consiguiendo por métodos esgaélicamente reprobables la miniserie de la BBC (previa al libro y que Gaiman guionizó, y que es una autentica delicia, creánme, con unos british accents y unos medios limitados que recuerdan a una producción para aprender idiomas, pero con esa misma magia) y el comic (reciente, y menos gracioso para mi gusto) . Y solo me da por pensar, joer, que bien cuenta historias este tipo. Y que haber si se estrena ya la dichosa película, y puedo salir de aquí. Por que se me están acabando los frapucchinos. Y tengo que pasarme por la librería.